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El 90 por ciento de la población sufre en mayor o menor grado caries, una enfermedad infecciosa que provoca que las visitas al temido dentista sean más frecuentes de lo que adultos y niños desearían. Pero lo que está considerado como una enfermedad crónica podría quedar desterrado completamente en un futuro no muy lejano: un equipo del Centro de Investigación de Salud Pública de Valencia trabaja en una vacuna que podría empezar sus ensayos clínicos antes de una década.
Los científicos investigan actualmente en dos líneas diferentes. Por un lado, se trabaja con varias dianas terapéuticas con muy buenos resultados, según destacó el responsable de estos trabajos, Alejandro Mira, quien añade que en cinco años podrían iniciarse los ensayos en animales, para posteriormente pasar a los ensayos clínicos con humanos.
En cualquier caso, no será una vacuna inyectada sino que posiblemente se administrará por boca o inhalada, ya que sus efectos podrían ser transmitidos a través de la saliva.
La segunda vía para luchar contra la caries sitúa más cerca el fin de esta enfermedad, y se centra en investigar por qué un diez por ciento de la población es inmune a esta patalogía. Los científicos comprobaron que estas personas que nunca han precisado acudir al dentista tienen en su saliva una bacteria que no está presente en la del resto de gente, y que protege sus dientes. Ya se ha conseguido aislar esta bacteria; ahora se estudian sus propiedades y su posible administración en forma de enjuague bucal o de un simple yogur, en la misma línea de los preparados con bifidus activo.

Se trata de una línea de investigación bastante avanzada y que, incluso, ya cuenta con empresas interesadas en financiar el proyecto.


La vacuna de la caries es sólo una de las numerosas que se están investigando en el centro valenciano. En este sentido, Javier Díez, coordinador del área de vacunas del CSISP, avanzó que se trabaja también en la vacuna contra el meningococo B, que causa la meningitis más fulminante y mortal.
En breve comenzará la fase clínica en la que participarán 600 niños a partir de dos meses de edad. Si todo sale como está previsto, esta vacuna podría estar ya en el mercado en 2011.

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